viernes, 9 de marzo de 2012

Este estilo es el resultado de la integración de fórmulas constructivas y estéticas de diversa procedencia: romana, prerrománica, bizantina, germánica y árabe, hasta alcanzar una unidad de criterios y una personalidad considerables.
Pero no se puede considerar este estilo como algo completamente homogéneo en el doble plano espacial y cronológico, puesto que se dan “variedades regionales” y una evolución temporal de maduración y decadencia.
En España, la peculiar situación política y geográfica en los siglos en que se desarrolla, va a imponer una serie de condicionantes especiales, con respecto a otros estados vecinos. La convivencia, a menudo bélica y en otras ocasiones pacífica con el mundo musulmán limita la difusión geográfica de la arquitectura románica a los territorios no sólo conquistados, sino establemente repoblados. Es por esta razón que el románico español sólo se desarrolla en la mitad norte peninsular.
Desde su nacimiento en el siglo X, hasta su lenta y desigual desaparición en el siglo XIII, el estilo, sigue el ciclo vital de cualquier estilo artístico: fase arcaica (primer románico), fase clásica (románico pleno) y por ultimo una fase decadente o barroquizante (tardorrománico).
La “primera etapa” se desarrolla en las décadas finales del siglo X y a lo largo de buena parte del XI. En él juega un papel predominante la arquitectura anicónica. Nace en el norte de Italia y se extiende por el sur de Francia y noreste de España. Por su procedencia y desarrollo se le ha denominado también estilo lombardo.

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